Para empezar fuí de gorra, porque me tocó una de las entradas del sorteo que tenían en la web.
El concierto comenzó sobre la 1 de la madrugada, y cuando salimos de allí serían las 4 y pico.
Ambos grupos fueron presentados por "el pin" de forma muy emotiva.
Era la primera vez que asistía a un concierto en la Sala Habana, y me pareció que es una sala muy coqueta, que tiene un buen sonido y mucha cercanía entre músicos y público, por tanto, aquí es donde se aprecia si los músicos son buenos (porque no pueden esconderse tras grandes torres de sonido y presentaciones visuales).
Aunque no podrá acoger a grandes artistas que superen su aforo si se pueden plantear este tipo de bandas españolas de blues y otras de rock (como por ejemplo: Asfalto, Ñu, Mezquita, etc.).
Comenzó José Luis Pardo & the Mojo Workers, un guitarra argentino que hizo de telonero de forma más que digna, pues se marcó un concierto lleno de ritmo y calidad. Para mí era totalmente desconocido y me llevé una grata impresión. Tenía un estilo de tocar la guitarra muy diferente a Javier Vargas, pues no la distorsiona tanto. Como más en la onda Mark Knopfler pero en el Blues (y no Pop-Rock).
Destacaría la forma en que nos atrajo a todos al borde mismo del escenario. En mitad de una de sus improvisaciones el trío comenzó a bajar el volumen poco a poco hasta que José Luis apagó la guitarra y comenzó a tocarla desconectada, con lo que sonaba como una de juguete, e hizo que todos llegaramos hasta la misma monitorización para poder oirlo. Un puntazo y una muestra de la calidad que tiene, pues se notó el virtuisismo incluso sin volumen.
Tras cerca de una hora finalizó su actuación entre aplausos y con la admiración de toda la sala.
Al poco apareció la Vargas Blues Band (en formato de cuarteto) con un Javier Vargas que tiene un estilo más potente y con mayor volumen y distorsión en su guitarra. Hizo un concierto bastante potente, también alargando los temas con las improvisaciones que el blues conlleva en sí mismo. Por cierto, que el grupo me pareció bastante interesante, tanto batería como bajista (un argentino cuyo nombre no recuerdo) hacían coros y voces a la perfección, además de manejar sus respectivos instrumentos a la perfección. Pero destacaría al cantante-teclista. Con el teclado hacía virguerías, pero la voz era espectacular, algunas veces sonaba al blues "negro" de BB King, otras a Bee Gees, otras a Glenn Hughes... Esa voz entre funky y soul, espectacular.
Se llevó varias ovaciones del personal. Como, claro está, Javier Vargas, vaya manera de dominar la guitarra y de usar el slide...
Entre los temas propios hubo una gran versión del 'Purple haze' de Hendrix. Al final el propio Javier Vargas, en los bises, llamó al escenario a José Luis Pardo, para marcarse un fenomenal 'Hard times blues', del "Madrid-Memphis", con el que cerró el concierto.
Entre los temas propios hubo una gran versión del 'Purple haze' de Hendrix. Al final el propio Javier Vargas, en los bises, llamó al escenario a José Luis Pardo, para marcarse un fenomenal 'Hard times blues', del "Madrid-Memphis", con el que cerró el concierto.
Me pareció intuir que el Vargas se picó un poco con el chaval, pues había hecho un pedazo de concierto levantando al público, y en este dueto le dió caña, con el típico pique de dos guitarras (a lo Crossroads con el Vai y Karate Kid), y Javier Vargas dió verdaderas lecciones sobre el mástil para demostrar al jovencillo quién es el "jefe".
En cuanto a la entrada, sobre unas 100 a 150 personas, creo, aunque no se me da muy bien esto del aforo... El personal asitente se quejaba de lo mismo que hemos hablado muchas veces, que para algo que hay en Huelva si no lo apoyamos entre todos se acabará, y comentaban que echaban en falta personal (dada la calidad del concierto, la buena temperatura y el precio de la entrada).