5/11/11

"SE HA MARCHADO YA EL ESTRÉPITO DEL DIA CANALLA..."


Con esa frase que da inicio al tema que cierra su fantástico último álbum, 'Una historia con las manos', dio comienzo el Poncho a su directo de anoche en la Sala Habana de Huelva, un espectáculo recio pero directo, fresco y sentido que alcanzó prácticamente las dos horas de duración.

El cantautor rockero sevillano se postró con su guitarra y descamisado como suele ser habitual en él, ante el micro para soltar, una tras otra, sus poesías hechas canciones.
Acompañado por una banda firme, cohesionada y comprometida, dio un auténtico
recital de como desplegar rocanrol sin más pretensiones que hacer disfrutar al público que se dio cita en el local onubense, quien por cierto, resultó amplio en número y muy muy variado; igual te podías encontrar a algún heavy cuarentón, a otro luciendo camiseta de Korn, a jóvenes ávidos de fiesta, a personas entraditas en años...

En lo que al repertorio se refiere, pudimos comprobar como se basó principalmente en sus dos últimos trabajos, el citado 'Una historia con las manos' y el 'Cantes valientes' de 2007. Uno tras uno, y sin tregua alguna, fueron cayendo 'Punki gitano', 'Frontera', 'Pescaíto', 'Mentiras de sal', 'Al loro'... para deleite del personal, el cual no paró de botar y corear esas creaciones tan particulares de este jóven artista que sigue mostrando sus credenciales a base de entrega y coraje. Ciertamente noté como el Poncho anduvo a gusto arriba de las tablas.

También hubo espacio, con 'Borracho de la madrugá', 'El tío del saco' o 'Aunque con sangre lloremos', entre otros, para las dos anteriores referencias discográficas, 'Cuantovaqueré' (2005) y 'Destino de pluma y mano' (2003), y cómo no, un recuerdo a sus primeros pasos con 'Colegas', 'Un perro como tú' y 'Estoy, me voy'. Con 'Laureles' en formato acústico (con disculpa hacia los flamencos incluida por parte de Poncho), comenzó la recta final de una actuación que se vio coronada con el tema que da nombre al último disco y con dos piezas que se han convertido ya en imprescindibles en los directos de Alfonso Caballero: 'Manolito Caramierda' y 'Corrientes demolientes'. La gente literalmente se volvió loca con esa última pieza, que además fue la última pues no hubo bises. Siguiendo su pauta, Poncho se despidió con gestos de aprobación y cariño a su público dándose media vuelta para encarar la escalerilla de subida al camerino dejando a la banda interpretando un potente pasaje instrumental de cierre. Apenas se dirigió durante el concierto tres veces a la audiencia, y cuando lo hizo, fue de forma breve y con frases directas, todas de aprobación y agradecimiento.
Lo sabemos, sabemos que como mejor se expresa es llevando su arte a la máxima expresión. Se curra los cuartos, y con eso nos basta.
Asi es Poncho K. Y a mi me encanta...